La tarde era a pleno sol, el clima templado; la vista, inmejorable. La ruta de vuelo se cumplía a la perfección: el avión despegó del Aeroclub de Alta Gracia, enfiló al sur y sobrevoló el dique Los Molinos. Pero cuando retornaba a la ciudad del Tajamar, el piloto –Rodolfo Ostermeyer, 33 años- se descompensó, y al pasajero no le quedó más remedio que hacerse cargo de la aeronave.

La policía informó que el piloto tuvo convulsiones mientras estaba en el aire.

Cuando Ostermeyer se descompuso, un aficionado que participaba del vuelo turístico tomó los comandos y maniobró hasta lograr depositar el avión en la pista de pasto del aeroclub, ubicada sobre la ruta C-45, a apenas mil metros de la ciudad. Con el aditamento de que el descenso a tierra se realizó sin el tren de aterrizaje.



Oriundo de Río Tercero, Ostermeyer tiene 33 años y es el secretario del Aero Club. Quedó internado, y fuentes hospitalarias indicaron que su salud no está comprometida. Nicolás Sargioto, el imprevisto piloto, indicó a Cadena 3 que “tengo conocimientos básicos de vuelo, pero no de este avión, que es mucho más grande al que estoy acostumbrado. Me comuniqué con emergencias y mantuve el circuito de espera sobre Alta Gracia, esperando indicaciones. No conocía ningún parámetro del motor del avión".

“La orientación del avión la sé porque lo practico, soy piloto privado, pero los parámetros, de cómo manejar el descenso y lo que tengo que hacer para aterrizar ese avión no tenía conocimiento”, completó.

Apenas tocó tierra, una unidad del cuartel de Bomberos Voluntarios de Alta Gracia realizó un dispositivo para garantizar la seguridad de los protagonistas y trasladar al piloto al Hospital Arturo Illia, donde se le realizaron estudios, que se preveían continuar en un sanatorio privado de la ciudad de Córdoba.

Fuente: La Voz