La intolerancia a la lactosa es muy común en gran parte de la población mundial, por eso no es considerada una enfermedad.
La doctora María Magdalena Gallardo de Gastomed explicó que la intolerancia a la lactosa es una incapacidad del intestino de digerir o metabolizar la lactosa, que es una azúcar compleja de la leche. Cuando no hay lactasa, que es la encargada de hacer el proceso de absorción de la lactosa, ésta pasa de largo del intestino delgado al intestino grueso, actúan las bacterias de la flora intestinal, producen fermentación y de ahí la sintomatología de la intolerancia.
Los primeros síntomas de la intolerancia a la lactosa surgen con las náuseas, hinchazón, diarrea, etc., efectos que se pueden confundir con celiaquía.
Gallardo explicó que la lactosa está presente en las leches, pero en quesos o yogures tiene otra presentación, por lo que consumida desde esos productos tiene una digestión más lenta y no tiene muchos síntomas.
Para detectar la enfermedad se realiza un estudio denominado “test del aliento”. Hoy se realiza en Córdoba, pero pronto el equipamiento para el estudio estará disponible en Gastromed.
La doctora explicó que el tratamiento se realiza con un seguimiento dietético, en Argentina hay dos marcas de leche con baja lactosa, pero también existen capsulas que son inhibidores de lactosa para evitar malestar a la hora de consumir productos con lactosa.
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