Un problema que afecta desde hace varios años a los vecinos del sur cordobés parece no tener una solución concreta por parte de los gobiernos de turno. Este viernes, las localidades salen a manifestarse para pedir soluciones.
La situación en el sur cordobés continúa siendo crítica, al igual que hace dos meses atrás. Según los cálculos de los productores, alrededor de un millón y medio de hectáreas se encuentran inundadas. Pero el excedente hídrico ya no solo afecta al campo, los problemas económicos y sociales, también, llegaron a los pueblos.
Este viernes, los productores autoconvocados del sur de Córdoba (PRASCOR), apoyados por vecinos, transportistas, docentes, instituciones educativas e industrias de las localidades afectadas por las inundaciones, realizarán una manifestación a la vera de la Ruta Nacional 7, a la altura de Laboulaye, para pedir una solución definitiva.
El presidente de PRASCOR, José Zoppi, destacó que la emergencia ya no solo pasa por lo hídrico, sino también por los económico y social. “Nuestra situación económica es catastrófica, hay gente que hurga en los basureros. La actividad en la localidad ha menguado producto del faltante de dinero en la gente”, expresó.
Advirtió que la manifestación es en pedido de obras nacionales a no mayor de cinco años que integre a las provincias de San Luis, Córdoba, La Pampa, Santa Fe y Buenos Aires, finalizando en la cuenca del río Salado.
“Estos ciclos húmedos, sumado a las vertientes, hace en combo perfecto para que nadie pueda solucionar nada”, remarcó José Zoppi quien acotó que en pueblos del sur cordobés, como Laboulaye y Serrano, el agua de las vertientes brota de las calles. Explicó que hay sectores inundados dónde sacan “a los tiros” a las maquinarias por miedo de una mayor entrada de agua a los campos.
Por otra parte, cuestionó las obras que se llevaron adelante luego de la construcción y contención de la laguna “La Picasa” ya que no se han mantenido hacia la cuenca del río Salado. “Hoy la cuenca de La Picasa es una cuenca endorreica”, agregó.