El misterio se terminó. El culpable de
los olores nauseabundos en la oficina de Rentas y Catastro, ubicada en calle Colón 58, no era amoníaco proveniente de las alcantarillas sino que era un ratón muerto que se encontraba en el cielo raso de las instalaciones. Curiosamente, pudieron localizarlo porque “caían gusanos” desde el techo.
El subdirector de la delegación local de Rentas y Catastro, Pablo Storello, manifestó que hace una semana se percibieron, dentro de las instalaciones, olores nauseabundos. Explicó que se llamó a dos desinfectadoras y ambas informaron que el olor probablemente provenía de un animal muerto ubicado dentro de la estructura del edificio.
Remarcó que la sucursal se cerró ayer por los comentarios de una persona que afirmaban la presencia de un olor tóxico (amoníaco) para los clientes y trabajadores. Desmintió tal declaración ya que Defensa Civil, EMOS y las desinfectadoras señalaron que el olor provenía de un animal muerto.
Además, Storello agregó que el personal sufrió nauseas a causa del olor, pero no se registraron desmayos. “Todo lo que se ha dicho sobre los desmayos es totalmente mentira. Yo los desmiento categóricamente”, expresó.
Por último, informó que el animal muerto fue hallado ya que caían los gusanos desde el techo. “Encontramos al ratón muerto porque caían los gusanos que comían la carne en descomposición del animalito”, completó.