Fue en París, el último 2 de abril, en el empate 2-2 entre PSG y Barcelona, Lionel Messi prendió la luz de alarma y tuvo que ser reemplazado. "Lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha", fue el escueto comunicado del club. Desde ahí, y tras 135 días que mezclaron final de temporada, selección y giras solidarias, Leo no logró ponerse a punto y sigue entre algodondes de cara a la temporada más importante, que terminará con el Mundial de Brasil 2014.

Afuera del amistoso de ayer contra Italia, viajó a Barcelona y se sumó a los entrenamientos del equipo de Tata Martino, pero sólo realizó algunos movimientos por la mañana en la Ciutat Esportiva.




El nuevo parte médico habla de una contractura en el cuádriceps y sigue en duda para el fin de semana, cuando se inicie la Liga de España, ante Levante. El cuidado intensivo empezó el fin de semana pasado, cuando no jugó el último amistoso ante Malasia XI, en donde estuvo en el banco. Después, viajó a Roma pero sólo visitó al Papa Francisco en el Vaticano, y se bajó del choque de la selección contra los italianos.

En la temporada "mundialista", la pesadilla que empezó el 2 de abril no tiene fecha de cierre. En ese momento, paró tres partidos y recién regresó en la derrota 4-0 ante Bayern Munich, en semifinales de la Champions. Para peor, en mayo, se retiró del campo de juego a los 22 minutos del segundo tiempo en un partido ante Atlético de Madrid. Con Barcelona campeón local, logró volver a media maquina, pero empezaron a circular versiones sobre "el misterio" que rodeaban sus recaídas musculares.

Con la selección no hizo mucho más: fue suplente ante Colombia y Ecuador por las eliminatorias y en los dos partidos entró para jugar sólo media hora. Después, fue titular con Guatemala, en un amistoso.

En la pretemporada, lejos de descansar, no detuvo el ritmo. Los compromisos solidarios pusieron en jaque sus vacaciones y lo hicieron rebotar por Medellín, Lima y Chicago. En el medio, también fue modelo de Dolce Gabbana en Milán y visitó Senegal junto a su fundación. Después de sumar 40 mil kilómetros en al aire, se fue sólo una semana a Ibiza con Antonella y Thiago.

Los partidos de pretemporada sirvieron para que juegue en cuentagotas, pero, al menos, mantuvo su ritmo goleador. 45 minutos ante Valerenga (un gol), más minutos contra Lechia Gdansk y Santos (un gol en cada partido), y un poco más con Tailandia (dos goles). Pero ahí dijo basta. Ausente ante Malasia XI, también faltó al partido con Italia.

Pese a las dudas, el rosarino aparece en el primer equipo que parará Martino el fin de semana. Iría con Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Xavi, Busquets, Iniesta; Pedro, Messi y Neymar. Aunque de no llegar, lo cuidarían para la Supercopa de España contra Atlético de Madrid.

Por ahora, y en un año en el que se espera que llegue a final de temporada en su punto más alto, el inicio arrastra el déficit físico del cierre de la temporada pasada. La recuperación quedará en manos de Messi, Martino y Sabella. El jugador, como artífice de un gran regreso, y los técnicos, como responsables de ir regulando los tiempos pensando en Brasil.


Fuente: LANACION.com.ar